Actualizado el: 6 julio, 2023 por Kyamos The Stubborn
Capítulo 1 – Eiji: Lobo de la Novena Avenida.
Capítulo 1-5
Hay dos formas principales de adquirir digimon en el Mundo Digital. Una es capturar digimon haciendo uso de herramientas. La otra es recolectar huevos de digimon –también llamados digitamas. Estos huevos son distintos a los de un ave o un pez.
En primer lugar, la teoría actual es que los digimon no tienen género. No existen machos o hembras. Entonces, ¿Cómo nacen los digimon?
Cuando un digimon muere, deja atrás datos que pueden ser considerados su ‘alma’. Entonces, en algún lugar del Mundo Digital, renacen como un nuevo digitama. Esto puede sonar a reencarnación, pero aún hay mucho que no sabemos sobre la ecología de los digimon.
La humanidad aún conoce muy poco del Mundo Digital.
Era una noche que nunca terminaba.
El atardecer y el cielo crepuscular parecían extenderse infinitamente hacia el horizonte. No, lo que parecía ser el cielo era un mar de redes, lo que parecían nubes eran las olas de la red, las estrellas fugaces eran flujos de información… era como estar en las profundidades del océano. La luz pálida y brillante procedía del Mundo Real, muy por encima de la superficie del océano.
El mundo de la red era brillante y hermoso.
Pero cualquier mundo que es habitado por criaturas vivientes está, sin excepción, algo roto y estancado.
La lluvia de hierro oxidado caía a cántaros, el viento olía a sangre. Las aguas residuales, con un penetrante olor a productos químicos, burbujeaban mientras eran arrastradas por la lluvia.
Era… más que el río de un canal de desagüe.
Era más bien una ciudad amurallada por la que fluían venenos minerales— una corriente de extraños colores fluorescentes que brillaban en algunos lugares, y una corriente de datos de basura inidentificables, que rasgaban el malecón, era escupida por la boca cercada del río.
¿Por qué había un “flujo” en el Mundo Digital?
El flujo del tiempo. ¿Por qué había fenómenos naturales como el flujo de la materia y el clima, entre otros? ¿Por qué había una montaña de basura, que claramente era los remanentes de una sociedad viviente?
Una teoría era que el contacto a través de la red con el Mundo Real, incluida la sociedad humana, había traído tal diversidad y circulación de datos al Mundo Digital.
Suponiendo que esto fuera verdad, sería igual que cuando los europeos descubrieron un nuevo continente, trayendo consigo patógenos que podían acabar con los imperios locales.
Como la trama de una película de suspenso en un mundo de ciencia ficción en el que los viajes interestelares se han hecho posibles y una bacteria desconocida en una nave espacial desencadena una crisis aterradora. El contacto entre la humanidad y el Mundo Digital había cambiado completamente este otro mundo y a sus habitantes.
¿Era esto algo bueno o malo? No lo sabemos.
No era tarea de la policía determinar el “límite” del bien o del mal.
En esa área, había muchos intereses ocultos que se movían furtivamente.
Un esquema de wireframe apareció en un monitor virtual de visualización frontal.
—Rust Coast.
Dejando de lado quien le había dado ese nombre, se trataba de una playa de arena de hierro oxidado. Los digitamas recogidos por el flujo de datos basura solían terminar ahí. Algunos cazadores furtivos se aprovechaban de esto.
—“¡Subjefa de escuadrón! Tenemos un digimon sospechoso en la mira.”— dijo alguien en el chat de voz de la radio de la policía.
Un punto de luz roja parpadeaba en el mapa de la zona del estuario en el monitor virtual. Era un digimon no identificado.
—“Aquí Tamahime. Continúen la búsqueda”.
Ella tomó “prestados” los ojos de su digimon, que sobresalían de la superficie del río como un periscopio.
—“Búsqueda detallada en proceso… Espimon, etapa niño, tipo cyborg, atributo virus.”
—“Lo veo. Parece un juguete de hojalata.”
Se trataba de un digimon con un aspecto difícil de explicar y reportar. A simple vista, se veía como… ¿un juguete retro de un programa cómico de robots de la era Showa(1)? El cuerpo tenía una cabeza grande como la de un muñeco de nieve invertido, con brazos con garras manipuladoras y sus piernas solo eran toberas propulsadas por cohetes.
—“Hay cuatro en total”
—“¡Deben ser crackers…!” —bufó— “Los cuatro son unos malditos bots, esos malditos cabrones.”
Chasqueó su lengua.
”Bot” era la jerga policial para un digimon que era pilotado automáticamente por una herramienta.
—“Son digimon populares entre los crackers en estos días”.
—“Los tipo cyborg son buenos con las herramientas. Son una buena elección para los principiantes”.
Era una técnica común de los crackers. Los digimon eran liberados en distintos puntos del Mundo Digital para que buscaran en zonas determinadas y capturaran y recogieran los datos que buscaban utilizando herramientas de IA.
Si se tratara de un servidor real, el objetivo serían secretos comerciales e información personal… Pero en una parte tan remota del Mundo Digital, ¿de qué podían sacar dinero los crackers?
—“¿Cuántos digitamas has conseguido?”
—“Solo uno hasta ahora.”
Espiaban una conversación.
Escuchaban las conversaciones de los crackers a través del chat de voz de GriMM. Las voces eran jóvenes. No había evidencia de que usaran cambiadores de voz.
—“Todos sus chats de voz están siendo filtrados… ¿Son amateurs?”
Los digimon eran bots, pero los crackers que los operaban también estaban conectados a la red. En pocas palabras, era como un juego en línea.
—“¿Qué hacemos ahora, subjefa de escuadrón?”
Como los crackers, ellos controlaban a los digimon con Docks y herramientas. Su visión de esa costa oxidada y del Mundo Digital también era observada como diagramas esquemáticos y números en monitores virtuales, pero no la veían ni la olían directamente.
Lo sabían, pero no lo entendían. ¿Fueron esas… las palabras de algún académico famoso?
La única que lo sabía —y la única que estaba allí— era la subjefa del escuadrón, Satsuki Tamahime.
Usaba una herramienta que bloqueaba más del 99% del sentido del olfato. Al digimon de Satsuki le encantaban los ambientes deteriorados, como esa costa oxidada. Pero a ella no.
—“La policía no puede ver y elegir a los criminales… Arréstenlos a todos.”
Más de diez puntos verdes aparecieron de repente en el esquema del monitor virtual. Los Espimon de los crackers habían sido rodeados por Satsuki y la policía.
—“Intervengan a la fuerza su chat de voz. Al mismo tiempo, el escuadrón de Commandramon suprimirá los objetivos desde dos direcciones.”
—“Entendido.”
Los Espimon no se habían percatado de la situación.
Los crackers no podían verlos en primer lugar, y probablemente ni siquiera sabían en qué lugar se encontraban sus digimon. Lo único que podían ver era la tosca pantalla LCD del Digimon Dock que tenían a la mano. Así que no estaban alertados de la situación.
Pero ella, Satsuki — podía verlos. Tal cual eran. Con sus cinco sentidos.
Porque ella había trascendido las limitaciones.
—“¡Como・Se・Atreven! ¡Ustedes son unos malditos crackers furtivos!” —Una intervención forzada en el chat de voz, seguida de una advertencia.
Los Espimon finalmente notaron su presencia, después de escuchar el eco de una hermosa voz en el fondo.
En ese momento, los digimons bajo las órdenes de Satsuki, que se habían estado arrastrando en secreto, se levantaron y rodearon a los cazadores furtivos.
—Commandramon, etapa niño, tipo cyborg, atributo virus.
Se trataba de digimon con equipo aprobado por la policía.
En apariencia, parecían hombres dragón u hombres lagarto. Estaban equipados con un casco y una armadura corporal con la palabra “Policía” escrita, y empuñaban un rifle de asalto. Los Commandramon tenían una piel texturizada especial que les permitía aplicar camuflaje de guerra electrónico en función de su entorno. Esto les permitió acercarse al enemigo sin ser detectados.
—“¡Digitama encontrado!”
Los Commandramon aseguraron los digitamas cazados furtivamente. Sus herramientas y otros materiales también habían sido asegurados. Lo único que faltaba era arrestar a los crackers en persona para terminar el trabajo. No había nada más que decir.
—¡¿La policía?!
—¡Es la Digi-policía! ¡Maldición!
Los crackers finalmente comprendieron lo que estaba pasando, pero sólo pudieron lamentarse en el chat de voz. Satsuki les dio la hora y los cargos de la detención.
—“Los hemos agarrado con las manos en la masa, ¡entreguense sin causar alboroto! Solo para que lo sepan, incluso si cortan la conexión y tratan de escapar, ¡es inútil! ¡Ya hemos descubierto todo! ¡No subestimen a la policía, porque ya hemos identificado sus nombres y escuelas!”.
El problema era que estos crackers parecían ser estudiantes de bachillerato. Solo podían ponerlos bajo custodia y no bajo arresto oficial. Probablemente algún compañero de último año del bachillerato los convenció a ser crackers para ganar dinero. Era algo común.
—“Arrestados… ¿Bajo qué cargos? No hemos hecho nada…”
—“¡Violación de la Ley de Prevención de Acceso no Autorizado a Ordenadores, la Ley de Redes Básicas y la Ley de Prevención de Actividades Subversivas Digitales! En otras palabras, ¡son culpables de robar digitamas, bastardos!”— dijo Satsuki sin rodeos.
—“¡Esto es… El Mundo Digital!
—“¡No es de ningún país! ¿Por qué se involucra la policía japonesa?”
Los jóvenes crackers podían pensar que eran un poco más listos que el resto, pero no saldrían libres de esta.
Satsuki inhaló y exhaló profundamente, y dijo con tono autoritario.
—“¿Libertad en la red, libertad en el Mundo Digital… a eso se refieren?
—“¿¡!?”
—“¿La filosofía del Crack Team, no…? Ese es un gran tema… pero saben qué, ¡pueden hablar todo lo que quieran como sonámbulos en sus redes sociales! ¡Les sacaré los dientes a golpes, malditos crackers!
¡Boom-boom-boom-boom-boom!
El digimon de Satsuki, que había estado escondido bajo el agua con solo sus ojos sobresaliendo de la superficie, apareció como un submarino.
¡NUMEEEEEEEEE!
Las luces rojas de la patrulla giraban. La apariencia del digimon, sus horribles gemidos y su poder viscoso hicieron temblar a los Espimon crackers.
El digimon de Satsuki—
—“¡Escuchen cuidadosamente con los agujeros de sus oídos! ¡Son ciudadanos japoneses en la vida real! ¡Mientras estén involucrados en actividades ilegales, tendrán problemas con la policía japonesa y tendremos que llamar a sus tutores, bastardos…! ¡Hey, quédense donde están!”
—“¡DIVANISH!”
De repente, los Espimon desaparecieron.
Uno tras otro, los Commandramon perdieron de vista el objetivo delante de su hocico.
Era un truco de desvanecimiento. En cuanto los Espimon presionaron el botón de sus ombligos, desaparecieron, fundiéndose con el fondo de la costa oxidada.
—“¿¡Camuflaje óptico!? ¡Qué arrogantes!”
Una capa de invisibilidad.
Fuego simultáneo. Todos los Commandramon disparaban sus rifles de asalto. Todo el poder de fuego del escuadrón. Sin embargo, los Espimon, camuflados y superados por los Commandramon, consiguieron escabullirse del cerco policial. Esto no se debía a la manipulación de los crackers, era una función de autodefensa de la IA digimon.
—“¡Mechanorimon!”
En cuanto Satsuki dio la orden, dos digimon más aparecieron detrás de ella, quitándose el camuflaje.
–Mechanorimon, tipo máquina, etapa adulto, atributo virus.
Un digimon más grande que Espimon y Commandramon. En términos de escala, media unos 3 o 4 metros. Su cuerpo era de color blanco. Su aspecto el de un robot, un traje de poder humanoide con brazos largos. Aunque los digimon están clasificados oficialmente como equipamiento policial, Mechanorimon era clasificado como un vehículo para fines especiales. En su interior se encontraba un Commandramon, encargado de pilotar el vehículo.
Viiin Wiiin…
El ojo del ser monocular destelló y sondeó la zona. Al equipar a Mechanorimon con potentes detectores, diversos sensores y otros equipos de guerra electrónica, se podía convertir en un vehículo de mando en el campo.
Screee-
Un arma óptica fue emitida desde la lente lineal incrustada en el cuerpo del Mechanorimon.
— “¡Twinkle Beam!”
Con una rafaga de chispas, el camuflaje óptico de uno de los Espimon se desvaneció, y este cayó en la costa, levantando y esparciendo la arena de hierro.
Los tres puntos rojos en el monitor virtual se desvanecieron, parpadearon y se dispersaron.
—“¡No dejen que se escapen! ¡Disparen!”
—“La siguiente ronda se está cargando… ¡No los podremos atrapar a todos!”
Satsuki y sus subordinados a bordo de los Mechanorimon se comunicaban entre sí cuando de repente…
— “¡Petit Impulse!”
Junto con un trueno ensordecedor, un haz de rayos atravesó la costa de hierro oxidado. Satsuki tardó en reaccionar debido a la inesperada situación.
—“¿¡…!? ¡Los Espimon!”
La radio de la policía zumbó.
Uno tras otro, los Espimon ennegrecidos se estrellaron y se convirtieron en escombros. Un haz de rayos atravesó simultáneamente y con precisión a los tres Espimon restantes.
—“¿¡Quién es ……!?”
Satsuki observó un nuevo marcador que había aparecido en el monitor virtual. Estaba ahí de pie, parecía imperturbable.
Encima de un Espimon desactivado.
Parecía la legendaria Bestia del Trueno.
—“¿Es ese… Pulsemon?”
――Pulsemon, etapa niño, tipo bestia humanoide, atributo vacuna.
“Rayo veloz” — Como lo decía su apodo, era difícil incluso divisar al digimon, que se movía en zigzag a gran velocidad. ¿Era un nuevo cracker? El escuadrón de Commandramon le apuntó con sus armas.
—“Solo hay alguien que usa a Pulsemon…”— Satsuki conocía su nombre muy bien —. “Por lo que sabe la policía, sólo puede ser él… ¡Él es un… hacker!”
—“¡Subjefa de escuadrón! ¡Da la orden!”
—“¡El hacker Judge!”
¡ZAP!
Pulsemon miró al digimon de Satsuki.
—“Eres muy suave, subjefa de escuadrón de la Digi-Policía.”
Pulsemon sonrió y le lanzó un beso, y al instante salió volando como un rayo hacia el mar de la red.
—“¡Tú…! ¡Ahora si que estoy ENCABRONADA!”
—“¡Subjefa de escuadrón!”
El escuadrón de Commandramon pedía órdenes. Satsuki temblaba por dentro de rabia al sentirse ridiculizada, pero como comandante de campo consiguió mantener la compostura.
—“Hemos sometido a los Espimon… y asegurado el digitama cazado furtivamente. Dejaré el resto de los asuntos del Mundo Real a las autoridades competentes.”
—“Ese Pulsemon…”
—“Deja en paz a ese estupido hacker. De todas formas no podremos alcanzarlo. Además, él…”
Satsuki estaba nerviosa.
El hacker vinculado a Pulsemon… era “similar” a Satsuki.
—Uno que había trascendido los límites.
—“Entendido, subjefa de escuadrón.”
—“Lo siento, estamos sobrepasando el umbral de la K-line… Si excedemos el límite de tiempo… la jefa de escuadrón se enfadará mucho y tendremos una reducción de sueldo como penalización.”
—“¡Sí, por supuesto, después de ustedes! Y en cuanto al digitama…”
Un subordinado informó rápidamente.
—“¿?”
Satsuki se puso de mal humor.
El digitama, que debería haber estado tirado en la playa hacía unos minutos, había desaparecido.
Quien lo había robado, fue, por supuesto…
Como un “rayo veloz”.
—“Pulsemon… ¡Hacker Judge! ¡Devuélvenos la evidencia, bastardo!”
Notas:
1En japón, las Eras son una forma tradicional de dividir el tiempo en unidades comúnmente entendidas y abarcan el tiempo en que reina un Emperador en japón. La Era Showa corresponde al reinado del Emperador “Showa” (Michinomiya Hirohito) que abarca desde el 25 de noviembre de 1926, hasta el 7 de enero de 1989.
Historia por: © BANDAI
Diseño de personajes/ilustraciones: malo
Traducción al español: Kyamos the Stubborn.
Edicion y correccion: Zeromaru X